Taquitos de alacrán, un nuevo platillo en restaurante de Durango

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Los hay de chapulines, al pastor, de (carne) asada, pero ¡de alacrán capeado!

En Durango, un nuevo platillo hace que propios y extraños acudan a un restaurante peculiar que se ubica sobre el Corredor Turístico Constitución. Se dan cita para probar los tacos de este animal ponzoñoso, cuya picadura puede ser mortal.

David Limón, un comensal que gusta de probar novedades, explica porqué busco este peculiar alimento: "Pues tenía ganas de probarlo y ya vi la foto y etiquetó al restaurante, y dije no pues, voy a ver qué onda. Le dije a mi papá, me acompañas y me dijo vamos, hay que probarlo".

La receta de los tacos de alacrán está por patentarse, por el momento es secreta. Antes de crear el restaurante, la preparación de estos tacos inició como un juego.

Sergio Ávila, dueño del restaurante Raíces, lo recuerda así: "El antecedente es que yo mismo me los comía. Yo desde muy chavos jugaba con mis amigos, por ahí a comérmelos, obviamente sin la lanceta para no morirnos, pero los juntábamos y entonces era quien juntaba más, entonces de ahí veíamos quien era el que se comía, el que juntaba menos se comía los del que juntaba más".

Aseguran que estos alacranes capeados ya no son dañinos para la salud. La gente se los come con desconfianza, pero después se dan cuentan que no tienen mal sabor.

¿Pero el alacrán, se imaginó un día comérselo? Le preguntamos a David Limón, quien nos respondió con sinceridad que "no, la verdad no; como tengo hasta duda dónde tenga el veneno, así como sí saca un poquito de onda".

Ruth Meza es otra arriesgada comensal a quien preguntamos: "¿Habías consumido antes el alacrán? -No, es la primera vez -¿Qué te pareció? -Están muy ricos. El sabor está muy, no sé cómo describirlo, pero sí están ricos", aseguro Ruth.

Torbellino es la mascota del restaurante. Cualquier comensal puede convivir con él, ya que está cauterizado para que no haga daño.

Sergio Ávila, el dueño del restaurante Raíces, lo presenta y nos hace saber sus expectativas, "obviamente el alacrán llamó (a) la sensación, estamos haciendo novedad ahora, pero queremos hacer una moda, que quede en una tradición para posteriores generaciones, estar 30, 40, 50 años, los que Dios diga", concluyó.

A pesar que Durango es tierra de alacranes, esta es la primera vez que se ofrece el arácnido como platillo en oferta gastronómica.

Con Uno, Uriel Blanco.